Decisiones…estratégicas

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  • Publicado por: Claudio Drapkin

¿Cuándo fue la última vez que tomaste una decisión estratégica? Seguro que recuerdas alguna….pero para poder hacerlo tendrás que hacer una distinción. Tendrás que utilizar un criterio para discernir entre las decisiones que para tí son o no son de “carácter estratégico”.

Habitualmente cuando pensamos en estrategia pensamos en sesudos procesos de reflexión directiva que tienen como finalidad definir un camino respondiendo a preguntas como ¿Qué queremos ser? ¿Qué nos hace diferentes? ¿Qué caminos hemos de emprender, cómo hemos de hacerlo y dónde hemos de hacerlo para conseguir ser aquello que queremos ser?

Para encontrar una primera definición de estrategia tenemos que remontarnos al siglo V ac. El famoso Sun Tzu afirma: “el arte de la estrategia es de importancia vital para el país. Es el terreno de la vida y la muerte, el camino a la seguridad o la ruina”. ….es el arte que se mueve en el terreno de la vida y de la muerte… el general y filósofo chino nos apunta que lo estratégico es todo aquello relacionado, o que afecta en mayor grado, a la capacidad de sobrevivir, de sostenerse en el tiempo de un organismo vivo. Y podemos entender como tal tanto a un país, como a una ciudad, un hospital, una escuela, una empresa, un equipo, un directivo o un individuo cualquiera. De hecho todos los organismos tienen una estrategia ya sea de manera explícita o implícita. Todos ellos, de manera “natural”,  toman decisiones y realizan acciones para “seguir haciendo lo que hacen de la mejor manera posible”.

Y esto es más que relevante en estos tiempos de acelerada evolución del conocimiento y la tecnología que, en combinación con la globalización, han aumentado exponencialmente la complejidad en la que convivimos y producimos.

Por tanto, ¿qué es lo que asegura nuestra sobrevivencia en el largo plazo? Esta es la pregunta realmente estratégica que todo directivo ha de responder en cada una de las decisiones que subyacen en sus actos directivos.

Volvamos a la historia para atrevernos con una respuesta.

El homo sapiens hace miles de años dio un salto cualitativo en su evolución cuando dejó de ser recolector y pasó a ser agrícola[1]. En este salto ganó bienestar y empezó un camino sin vuelta atrás en el que progresivamente tuvo mayor seguridad a través de la acumulación de stocks, primero de alimentos, luego de materias de intercambio y finalmente de dinero. De esta manera pudo reducir y manejar la incertidumbre de su entorno inmediato. Sin embargo este salto adelante supuso un intercambio, una transacción en la que ganó seguridad pero de manera imperceptible empezó a perder capacidad de adaptación. A medida que se alejaba de su estado de conexión con la naturaleza y desarrollaba conocimiento y tecnología no fue consciente de que su foco en la acumulación lo desligaba de su antigua capacidad de ser autónomo, de buscar respuestas por el mismo,  de ser independiente respecto a las exigencias del entorno en el que habitaba.

En las organizaciones y en el management, que es la ciencia que las gobierna, ha sucedido lo mismo. El foco en la acumulación ha despistado a los directivos del foco en la adaptabilidad…y ahora eso les pasa factura. Durante mucho tiempo no ha sido evidente las implicaciones de este desenfoque pero la complejidad, que el propio hombre ha ayudado a generar, ahora les inquiere para que sean capaces de manejarse y sobrevivir en ella.

Es por ello que los modelos de management tradicionales necesitan ser actualizados y caminar de manera acorde con los tiempos. Modelos en los que la estrategia busque reconectar y poner en el centro la capacidad de adaptación de una organización…más allá de la fundamental necesidad de generar valor económico “suficiente”.

De manera sincrónica, estos modelos han de contemplar concepto de valor en la amplitud de dimensiones en las que es generado y en la diversidad de interrelaciones que son necesarias para ser creado.

Como nos sugiere Sergio Krupatini en su libro Y ahora qué hacemos ante la complejidad (Ed Granica 2011) valor es aquella “sustancia” que toma diferentes formas, que es creada por la organización y es reconocida por los actores con los que se inter-relaciona y por la cual recibe una contrapartida con la finalidad de seguir existiendo y desarrollándose.

Decisiones….estratégicas…

Son aquellas que velan por la supervivencia de un organismo a través de la creación de valor, el cual es resultado de un proceso que asegura unas relaciones en equilibrio entre todos los actores necesarios para crearlo.

Son el resultado de procesos de toma decisiones utilizando modelos que velen por equilibrar la dinámica total en la que la organización está inmersa, es decir, por la dinámica de todas las relaciones de intercambio que permiten su sobrevivencia. Modelos que contemplen el valor de manera total.

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[1] Para profundizar en este línea es imprescindible la lectura deSapiens, de animales a dioses” de Yuval Harari. Ed. Debate 2015

Autor Claudio Drapkin

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